Un implante osteointegrado o la integración ósea de un implante es la fase más importante en un tratamiento de implante dental. Este proceso orgánico de integración del implante con el hueso maxilar es la base estructural y funcional de la prótesis que sustituirá al diente perdido.
¿Qué es la osteointegración de un implante dental?
La pérdida de una pieza dental por diferentes causas internas y externas produce una alteración en el equilibrio funcional de la arquitectura bucal. El resto de los dientes sufren un proceso de movilidad como una reacción orgánica para compensar el espacio dejado por la pieza caída. Esto produce alteraciones en la oclusión dental y en la funcionalidad del resto del conjunto.
Adicionalmente, la pérdida de piezas dentales produce un efecto estético negativo en pacientes de todas las edades. Este es uno de los principales motivos de consulta y una de las mayores preocupaciones de los pacientes.
Aunque existen muchos tratamientos preventivos y curativos para recuperar la salud de un diente, la pérdida dental es un proceso irreversible. La única solución viable, definitiva y efectiva para sustituir una pieza dental perdida es el implante dental.
La base estructural de todo el tratamiento es el implante dental. Esta pieza se implanta en el hueso con la finalidad de sustituir la raíz del diente. La raíz dental es el principal pilar de soporte del diente y la base que mantiene la estabilidad ante las fuerzas mecánicas producidas durante la masticación.
El proceso de implantación dental implica la apertura de un espacio en el hueso maxilar que servirá de base para el implante. Como parte de un proceso orgánico de cicatrización, el hueso maxilar desarrolla nuevas células alrededor del implante.
Con el paso del tiempo, estas nuevas fibras se fusionan al implante dando la estabilidad y sostén necesario para su estabilidad. Este proceso es indeterminado en el tiempo pero es el requisito principal para la culminación del tratamiento.
¿Cuál es la importancia de un implante osteointegrado?
Cómo hemos visto, la integración del implante al hueso maxilar es la fase más importante en todo el tratamiento de sustitución dental. La osteointegración garantiza la firmeza y estabilidad de la pieza que será el pilar de soporte de la prótesis externa.
Pero además, el implante osteointegrado ocupa el espacio dejado por la pieza caída asegurando la estabilidad de todo el conjunto. Este espacio suele crear movilidad del resto de las piezas que tratan de compensar el vacío, rompiéndose el equilibrio de la arquitectura bucal.
Las piezas dentales se mueven para reducir los espacios y afectan la oclusión con su pieza antagónica. Por ende, se afecta la mordida y la funcionalidad de todas las piezas.
Por otro lado, la pieza osteointegrada permite dar soporte a la prótesis externa que sustituirá al diente perdido. Esta nueva pieza tendrá un efecto estético positivo pero a su vez formará parte activa en los procesos de masticación.
Es por ello que el implante debe tener la suficiente firmeza para soportar las fuerzas mecánicas de la boca sin movilidad. Un implante osteointegrado aporta estructura, estabilidad y armonía al resto de las piezas dentales.
¿Cuáles son las causas de fracaso en la osteointegración?
Conoce más sobre nuestros tratamientos dentales y faciales, como la rinoplastia en Madrid que ayudarán a mejorar tu calidad de vida.Aún así, existe un pequeño porcentaje de implantes que sufren procesos de osteointegración negativa. En beOne hemos analizado las principales causas del fracaso de un tratamiento de implantes dentales. Las más frecuentes suelen ser:
Procesos infecciosos
Las enfermedades bucodentales no tratadas con eficacia pueden producir un crecimiento bacteriano en la zona de cicatrización del tejido, lo que afecta la integración. Del mismo modo, los procesos de periimplantitis o mucositis periimplantar pueden ser factores negativos para el éxito del implante.
Técnica quirúrgica y análisis preoperatorios inadecuados
La mala elección de los implantes dentales, una técnica quirúrgica descuidada o un mal análisis de cargas del conjunto implante-hueso pueden afectar al proceso.
Procesos orgánicos indeterminables
Lo que coloquialmente se conoce como “rechazo del implante” sucede cuando los procesos orgánicos de cicatrización no se cumplen de acuerdo a lo esperado. Algunas enfermedades autoinmunes y procesos orgánicos exacerbados por la cirugía, pueden producir fracasos en el implante.
Pérdida y retracción ósea
Por la edad, procesos orgánicos, enfermedades óseas y otras causas médicas, el hueso maxilar puede perder masa de forma progresiva. Esta pérdida de masa ósea puede afectar la generación de nuevos tejidos cicatriciales, lo que hace imposible la osteointegración del implante.
Por lo general, un implante osteointegrado no produce ningún tipo de dolor, inflamación o afectaciones negativas en el paciente. La movilidad del implante, hipersensibilidad, dolor, hinchazón, sangrado y otros tipos de molestias, suelen ser señales de alarma a atender.
He ahí la importancia de la elección de cirujanos maxilofaciales experimentados como el Dr. Jorge Guiñales y el Dr. Pedro M. Losa de beOne Madrid. Seguir las indicaciones postoperatorias y asistir con regularidad a las consultas de control es fundamental para maximizar el éxito de un implante osteointegrado.