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La otoplastia o cirugía de las orejas, es uno de los procedimientos de cirugía estética con mejores resultados en pacientes de todas las edades. De hecho, es uno de los pocos procedimientos con indicación a pacientes a partir de la primera infancia.
Las orejas son uno de los elementos que más influyen en la estética facial. Por lo tanto, el tamaño desproporcionado y proyección lateral de las orejas afecta la simetría del rostro de manera significativa. En pacientes desde los 8 años en adelante, la otoplastia es un procedimiento que mejora de manera casi inmediata la estética facial.
Con un procedimiento mínimamente invasivo y sin necesidad de ingreso, el resultado de la otoplastia puede notarse desde el postoperatorio inmediato. Adicionalmente, es una intervención no dolorosa y en la que el paciente puede volver a sus actividades cotidianas muy rápido.
De acuerdo a las necesidades de cada paciente, la otoplastia puede indicarse para reducir el tamaño, la forma o la proyección de las orejas. Además, puede practicarse en una o en ambas orejas dependiendo de las características de cada paciente.
En términos generales, la otoplastia modifica la forma del cartílago auricular para mejorar la simetría en relación al rostro. Igualmente, permite al cirujano acortar la distancia entre el pabellón auricular y la base craneal para una mejor armonía de la estética facial.
La mejoría estética de la intervención se puede apreciar desde el primer postoperatorio, lo que la hace una de las cirugías con mejores efectos positivos. Gracias a su naturaleza quirúrgica poco invasiva, la recuperación de la otoplastia es una de las más rápidas de toda la cirugía plástica estética y reparadora.
Veamos cuáles son sus indicaciones pre y postoperatorias, así como algunas consideraciones relevantes.
Se conoce comúnmente como “orejas de soplillo” a las orejas que tienen una exagerada separación entre el cartílago auricular y la base del cráneo. Esto se debe a una malformación del cartílago que produce una proyección lateral que da una apariencia estéticamente negativa.
Aunque en la mayoría de los casos, este tipo de orejas no tienen afectaciones funcionales, tienen efectos estéticos negativos. En muchos pacientes, este tipo de orejas producen complejos y efectos negativas sobre su autoestima.
Las “orejas de soplillo” aparecen desde la primera infancia y en algunos pacientes, de forma congénita. Muchos especialistas recomiendan operar a partir de los 4 a 8 años, cuando el cartílago está 100% desarrollado.
La intervención consiste en acortar la distancia que hay entre el pabellón auricular y el cráneo mediante una corta intervención. Es una de las cirugías estéticas de resultados más evidentes y agradecidos.
Todos los procedimientos estéticos y funcionales se inician desde la primera consulta con el especialista. En esta primera evaluación se pueden analizar los elementos que alteran la estética así como la morfología de la zona a intervenir.
En el primer contacto, paciente y especialista analizan los pros y contras de la cirugía de forma individual, así como los objetivos a lograr. Es fundamental hacer una planificación de la técnica quirúrgica a utilizar y las indicaciones individuales antes del procedimiento.
Generalmente, es una intervención que se hace sin ingreso y bajo anestesia local. Sin embargo y dependiendo de la edad del paciente, el cirujano y el anestesista pueden planificar algún tipo de sedación.
Los requisitos previos son muy básicos. Se necesita hacer una serie de analíticas previas que determinan algunas variables básicas y que establecen el grado de salud del paciente. Además, el especialista indicará cuál es la preparación individual en cada caso antes de la cirugía.
Cómo hemos visto, la otoplastia es un procedimiento que no requiere ingreso y que por lo general, se hace bajo anestesia local. Aún así, es una intervención quirúrgica que requiere de algunos cuidados posteriores y unas indicaciones a seguir para garantizar su éxito.
El paciente puede recuperar sus actividades cotidianas, en muchos casos, el mismo día de la intervención. No obstante, los especialistas recomiendan una reducción de las actividades físicas en el postoperatorio inmediato.
Asimismo, se recomendarán una serie de medidas para mantener la zona cicatrizal desinfectada y limpia en los primeros días. También, se puede indicar algún tipo de vendaje o elementos de sujeción que ayudarán a corregir la forma de las orejas en el postoperatorio.
El médico especialista puede indicar tratamientos farmacológicos antiinflamatorios y de profilaxis dependiendo de cada caso. La frecuencia de las citas de revisión también varían de acuerdo a cada paciente de forma individual.
En términos generales, la otoplastia es una cirugía que no produce ningún tipo de dolor. Sin embargo, el especialista podrá indicar tratamientos postoperatorios para reducir las molestias y el disconfort causado.
La duración de cualquier cirugía es indeterminada y depende de muchos factores. No obstante, es una cirugía con una duración promedio de 1-2 horas con un postoperatorio muy corto.
Los resultados de la otoplastia son de por vida en la gran mayoría de los casos. En algunos pacientes la cirugía puede necesitar algún retoque motivado a causas de origen externo, traumático o del desarrollo corporal.
Generalmente, el cirujano recomienda un tipo de almohadas especiales que están diseñadas para eliminar la presión sobre la zona. Las almohadas cervicales y con diseño en “O” o en “U” ayudan a eliminar la presión de la cabeza sobre la zona.
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